viernes, 21 de marzo de 2008

El compromiso


En conocimiento

De que hoy en día existe una gran demanda por instituciones que aquilaten el arte culinario, de que a la par se viene dando una marcada proliferación de nuevas escuelas que desarrollan el oficio, y de que son muchos los estudiantes que desean enaltecer cada impulso creativo y momento de pasión en los fogones, así como el amor incondicional a esta disciplina que requiere de estos y muchos más valores agregados.

De que lo que impulsa a la nueva generación de cocineros a querer ocupar cada cupo disponible, no es siempre lo más esperanzador, ya que algunos persiguen el disfrute de fama por aquello de ser un célebre chef, otros quieren tomar la vía de escape expresa para sustituir estudios, y también los hay que asumen la profesión como una cuestión simplemente de moda.

Estando convencidos

De la necesidad de desarrollar talento joven, aún más en un mundo que ofrece alternativas diferentes, sabores nuevos, e impactantes transformaciones culinarias, que de no ser bien canalizadas pueden terminar destruyendo nuestras maravillosas tradiciones gastronómicas, una frágil memoria gustativa y la ilusión de llevar nuestros productos y recetas a las mesas de exigentes comensales foráneos.

De la conveniencia de compartir y difundir nociones y recomendaciones básicas de gran utilidad para todos quienes de verdad están dispuestos a dar lo mejor de sí mismos, quienes tienen el propósito de asumir gallardamente el oficio con sus sacrificios y compromisos, y quienes desean festejar las gratificaciones que ofrece cada receta bien lograda, aportando e impulsando así –con calidad integral– la gastronomía venezolana del nuevo milenio.

Proponemos suscribir y asumir el siguiente conjunto de valores necesarios para tener la actitud correcta y lograr ser

"un buen cocinero"

Humildad ante todo. El cocinero debe llevar la profesión con gran humildad. Este oficio tiene como principio generar placer, por lo que se debe tomar en cuenta que el reconocimiento de un buen plato se debe recibir con sencillez para no perderse en las garras de un ego sobrealimentado.

Yo soy cocinero. Muchas personas se refieren a aquél que cocina de manera profesional como chef. Chef no es más que un cargo dentro de una cocina, que se alcanza con muchos años de trabajo y experiencia, como lo es un general dentro del estamento militar, como el director en una producción cinematográfica, entre muchos otros ejemplos.

Amor, pasión y dedicación. Sin duda alguna, el amor y la pasión es lo que hace la verdadera diferencia entre aquél que mecánicamente sigue una receta y el otro que la logra visualizar, saborear y sentir, simplemente con tenerla en sus manos. Cuando uno se encuentra en un espacio caluroso, trabajando largas horas y las comandas no terminan, lo que mantiene el estrés a raya es la dedicación que permite preparar el último plato del día como si fuera el primero.

El comensal es lo más importante. Un cocinero se debe a sus comensales, se desarrolla para sus comensales y crece gracias a sus comensales. Esta es la clave que permite generar un vínculo especial, sutil y a veces frágil, que se debe desarrollar en una eterna relación interdependiente.

Trabajo en equipo. La única manera de lograr culminar satisfactoriamente la jornada de trabajo, es comprendiendo que cada uno de los miembros del equipo es importante, conformando un conjunto donde cada cual y cada quien –más allá de las naturales características y diferencias personales– se transforma en una pieza indispensable para el preciso funcionamiento de una delicada maquinaria.

Innovar y respetar las tradiciones. Es necesario innovar, crear nuevas combinaciones, presentar novedosas técnicas que potencian y suman a la labor de cautivar la atención de quienes disfrutan del buen comer, teniendo presente al mismo tiempo el legado culinario que fue desarrollado por mentes brillantes, con la esperanza de inmortalizar su trabajo, su pasión y su paso por la vida. Saber de dónde venimos, es saber hacia dónde vamos.

Memoria gustativa. Esta es la herramienta más importante de aquel que trabaja los fogones. Es la que permite transportarse al pasado y revivir momentos especiales sólo con oler o saborear un plato. Le presenta la posibilidad al cocinero de encontrar en sus ingredientes los secretos más ocultos. Como toda herramienta, hay que aprender a usarla de la misma manera que el poeta usa su pluma, el médico su bisturí y el pintor su pincel.

La vida del cocinero es sacrificada y sólo aquellos que se comprometen con su trabajo en cuerpo, alma y espíritu entenderán el verdadero significado de su oficio.

Lo invitamos a sumarse a este manifiesto dejando un comentario con su nombre completo o escribiendo un correo a asochefvenezuela@gmail.com

Directiva de la "Asociación de Chef, Cocineros y Afines de Venezuela"

Candy Izaguirre, Presidente

Elia Nora Rodríguez, Presidente Adjunto
Merlín Gessen, Vicepresidente
Lizzetta Torrealba, Administrador
Tomás Fernández, Secretario